— Septima aventura —

Lanzamientos

BIENVENIDOS AL SÉPTIMO VIAJE DE LOS PIRATAS DEPORTISTAS

Introducción

En primer lugar, el capitán Mauro repartió los chalecos reglamentarios para repartir a los grumetes en diferentes equipos.

El capitán delimitó los espacios y preparó el material.


Calentamiento

Para empezar la aventura, hicimos un juego todos juntos llamado "La pelota de hielo". Uno de los piratas era el que pagaba con la pelota y a aquel que golpeaba se tenia que convertir en hielo, y tenia que simular que se derretía.

Pero para salvarse, tenia que pasarse por debajo de las piernas y si no debe tocar a alguien que no pague para cambiar de rol.

De esta manera conseguíamos hacer estiramientos y movilidad articular para la aventura siguiente.


Parte principal

Empezamos el viaje a bordo de nuestro navío.

  • El cazador

Primeramente, hicimos un juego llamado "El cazador", en el que divididos los camaradas en dos equipos, debíamos de pasar la pelota intentando tocarla cuantas más veces por los componentes del equipo contrario, teniendo la pelota en las manos durante un tiempo en determinando. Resaltar que si un camarada se salía del espacio determinado en la borda, sumaba un punto más el equipo cazador.

Cambiamos los roles, para que los dos equipos estuvieran preparados para las dos cosas, ya que como decía el capitán, era una estrategia por si sufríamos un ataque.

  • Balontiro

El capitán, dividió a la tripulación en dos grupos en sitios debidamente delimitados. El medio del barco era la mitad del campo.

Hacíamos este juego para entrenarnos por si sufríamos un ataque en tierra firme. Por lo tanto, en el juego, debíamos golpear a los miembros del equipo contario con la pelota, y si lo hacían pasaban al cementerio.

Los camaradas que se encontraban en el cementerio, podían volver a el grupo si pegaban con la pelota a alguno del equipo contrario.

  • Siete vidas

Dividimos la tripulación en tres grupos.

El objetivo de este juego, era entrenarnos para poder escapar en el caso de que nos viéramos en tierra desconocida.

Nos colocamos un grupo en el centro y los otros dos en los extremos. De manera que, debían intentar golpear con la pelota y eliminar a todos los del grupo de en medio. cuando quedaba solo uno en medio contábamos los 7 días de la semana. Pero si este cogía la pelota al vuelo, se ganaba vida, y la persona que mas tiempo llevaba se salvaba.

  • El blanco móvil

Dividida la tripulación en dos grupos: "Los pata-palos" y "Los parches".

Con pelotas "como si fueran las bolas de los cañones", separados por doce metros, había una pelota más grande en el centro la cual mediante golpeos de las pelotas más pequeñas se debía llevar al campo contrario, es decir al del otro equipo.

De esta forma nos entrenábamos para lanzar los cañones en caso de ataque. 


Vuelta a la calma

Para relajarnos después de un entrene muy duro para conseguir ser unos buenos piratas, hicimos un masaje con pelota. Consistía: por parejas, tumbados sobre la madera del navío, el compañero debía pasar la pelota por todo el cuerpo del otro grumete haciéndole un masaje. Y luego intercambiábamos los papeles.


Observaciones

Importante recalcar las reglas de todos los juegos, para que no haya mal entendidos.

También recalcar la importancia de la organización de los juegos entorno a la agrupación de los alumnos, es decir que las agrupaciones deberán ser en función a los niños que tengas en clase, por grupos reducidos para que todos puedan lanzar.

Como maestros, hemos de intentar conseguir un control y participación total por parte de todo el alumnado, si detectamos algún alumno que no se integra sobre el grupo deberemos llevar a cabo alguna técnica para conseguir que este realice la actividad.

Importante controlar que alumno lanza siempre y cual no, de manera que no deberá solo lanzar una persona en el juego, sino que todos deberán hacerlo de manera equitativa.

Finalmente, resaltar la importancia de que cuando estamos en el exterior, el maestro siempre debe de colocarse cara al sol para hacer las explicaciones, con el objetivo de que los alumnos no estén más pendientes del sol que de la explicación. 

Alejandro Barberà y Vicent Ordiñana
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